Caminar por el Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires es respirar historia, pero cruzar el umbral de El Querandí es detener el reloj. Ubicado en el emblemático barrio de Monserrat, este espacio no es simplemente un restaurante ni un teatro; es un santuario dedicado a la identidad porteña. Declarado «Testimonio Vivo de la Memoria Ciudadana» por el Museo de la Ciudad, El Querandí se erige hoy como un sitio de interés turístico ineludible, tanto por su arquitectura como por su incansable labor de fomentar el Tango, patrimonio cultural de la Nación.
El edificio en sí mismo es una joya arquitectónica. Se trata de una vieja casona construida en 1860, representativa del diseño del siglo XIX, que supo ser bar y restaurante desde 1920 hasta 1980. Tras una década de abandono y bajo la amenaza de demolición, su esencia fue rescatada en 1992. La restauración fue meticulosa, respetando su diseño original con columnas salomónicas, boiserie de madera oscura y una barra que ha escuchado miles de confesiones, logrando recuperar con absoluta fidelidad la atmósfera mágica de principios del siglo pasado.
Esta fidelidad histórica convierte a El Querandí en una de las más destacadas tanguerías en Buenos Aires. Su propuesta artística corre paralela a la vida del edificio: el espectáculo narra la historia del Tango desde sus orígenes a fines del siglo XIX, pasando por su época de oro (del 30 al 55), hasta su renacer actual. No es solo un baile, es un recorrido emotivo de la mano del cuarteto del maestro Ado Falasca y las voces de Carlos Gari y Gabriel Mores.
Para el visitante que busca una experiencia integral, la propuesta de cena show de tango combina esta excelencia artística con la gastronomía tradicional argentina y una carta de vinos sorprendente. Es esta fusión de cultura, historia y sabores la que posiciona al lugar entre los mejores restaurantes en Monserrat según la crítica internacional, diferenciándose de otros bares con show por su autenticidad y su intimidad envolvente.
